Las adicciones y la náutica

Hace algo más de tres años leí en la revista nautica neozelandesa “BOATING New Zealand”una nota sobre los requisitos que según la Revista Yachting debía reunir un tripulante para poder ser subido a bordo sin inconvenientes para un cruce oceánico y en primer lugar figuraba que no fumase ni tuviese ninguna otra adicción.  Por aquel entonces me pareció algo exagerado el elegir exclusivamente a los no fumadores como tripulantes pero este domingo pude corroborar que estaba MUY equivocado.

Con un grupo de amigos  almorzamos canelones en el Ballenas en dos embarcaciones abarloadas y debido a la fuerte bajante una de ellas quedo varada como tantas otras,  aproximadamente a las 16 horas un crucero de 35 pies encendió sus Volvos y comenzó a los gritos a pedirle a un Super 22  que se corriese, con toda su santa paciencia el dueño del velerito comenzó a explicarle que “No estaba quieto allí por gusto  sino que estaba clavado en el fondo”.  “Pero no podes correrte un cachito?” pregunto el dueño de crucero, al rotundo “NO te dije que estoy clavado” que tuvo como respuesta apago los motores y 40 minutos después los encendió nuevamente acelero e intento pasar entre la costa y el Super 22 varado, golpeo contra el fondo, la costa y la banda de estribor del velero doblando y aflojando  los candeleros.   NO PIDIO DISCULPAS y comenzó a acelerar a toda máquina primero hacia atrás y luego para avante, al rato se dio cuenta solo que el también estaba clavado al fondo.    A eso de las 18 comenzó a llamar por VHF a sus amigos para ver si alguno podía traerle “fasos”, siguió infructuosamente con el celular con idéntica tarea, al rato comenzó a los gritos desde el Fly a preguntar quién le vendía fasos de los varados.  Tres horas después del incidente le pide al dueño del Super 22 un cigarrillo y el damnificado le convida uno entonces le dice “gracias por el faso,  cuando me quedo sin ninguno me descontrolo”.  Le agradece el faso y en ningún momento le pide disculpas por la rotura a las 22 horas zafa de la varadura y por suerte desapareció prontamente.